jueves, 21 de junio de 2012

SOMOS LO QUE PENSAMOS


SOMOS LO QUE PENSAMOS
"Muy íntima es la relación entre la mente y el cuerpo. Cuando una esta afectada, el otro simpatiza con ella. La condición de la mente influye en la salud mucho más de lo que generalmente se cree"
E.White, MC 185.


La íntima relación que existe entre a mente el cuerpo es un asunto muy interesante. Que está relación a estado presente siempre es evidente por las declaraciones de los escritores bíblicos. La mente y el cuerpo son inseparables. Toda enfermedad física afecta as emociones y la actitud mental de la persona.

El centro emocional del cerebro tiene fibras nerviosas que van a cada órgano del cuerpo. Debido a esas conexiones nerviosas, es comprensible que cualquier agitación emotiva envíe impulsos a diferentes partes del cuerpo.

Cómo nos afectan las emociones
El centro emocional produce cambios físicos que se proyectan por medio de tres acciones principales:

Cambiando la cantidad de sangre que circula o fluye hacia un órgano. Por ejemplo, una situación vergonzosa puede causar que los vasos sanguíneos de la cara se abran y produzcan lo que llamamos rubor.
Afectando las secreciones de ciertas glándulas. ¿Le ha sucedido alguna vez que al hablar ante algún público descubre que su boca esta tan seca que apenas puede proferir palabra? Esto se debe a que los centros emocionales mandaron ciertos mensajes de "alarma" los cuales provocaron una falta de secreción salival.
Cambiando la tensión de los músculos. Todos hemos sentido los músculos tensos debido al miedo o la ira. Los dolores de cabeza por tensión también son prueba de ello.

¿Qué debemos hacer con nuestras emociones?
No hay nada malo con tener emociones, lo que necesitamos es aprender a manejarlas.

Jesús nos dice que no debemos sentir ansiedad por el mañana: "Venid a mí... y Yo os haré descansar". Jesús es un amigo que siempre escucha. Los que aceptan su palabra y entregan su alma a su cuidado, hallarán paz y quietud.

Lo que se necesita entonces es lo que conocemos como salud mental. Este tipo de salud se define como l equilibrio de las facultades mentales y emocionales, como el resultado de pensar y actuar en armonía con la voluntad de Dios. Por lo tanto, la persona mentalmente sana cumple su responsabilidad ante Dios, ante su prójimo, y ante sí mismo.

Conclusión
Si nuestras mentes están fortalecidas por la palabra de Dios, si estamos completamente convencidos de que su gracia es suficiente en cada circunstancia de la vida, entonces estaremos en el camino correcto, un camino sin culpabilidad y sin remordimiento por los fracasos. El Señor quiere darnos hoy a nosotros, como en antaño, la misma paz que prometió a sus seguidores. ¿Estaremos dispuestos a disfrutarla?

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